Hoodia (cactus)

Vitamina D: la vitamina del sol


Vitamina D

La vitamina D también se conoce por el nombre de calciferol y es imprescindible para el desarrollo de los huesos y dientes, además de la absorción de calcio en los intestinos. Cuando la vitamina D se encuentra en su forma activa se conoce como calcitriol, se sabe que este trabaja junto a la hormona paratiroidea para incrementar los niveles de calcio en el cuerpo. También se sabe que la vitamina D interactúa con el fósforo y con la vitamina K.

Tipos de vitamina D

Es sabido que la vitamina D existe en dos formas, la vitamina D2, o ergocalciferol y la vitamina D3 o colecalciferol. Cada una de estas variantes se obtiene de manera distintas. La vitamina D2 es común en los alimentos, más aún, en aquellos de origen vegetal y que son fortificados. En cambio, la vitamina D3 se encuentra en nuestro cuerpo cuando exponemos la piel al sol y en los pescados y sus aceites (como el aceite de bacalao).

El ergocalciferol también se utiliza como suplemento dietético y así prevenir la deficiencia de vitamina D en la dieta, ya sea, por una mala absorción en el sistema intestinal o por una enfermedad que afecte al hígado. También, se recomienda si se padece hipoparatiroidismo, ya que este produce una disminución de los niveles de calcio en sangre.

Ahora, el colecalciferol tiene un papel importante en la mineralización de los huesos y en el metabolismo del calcio. Este pasa por varios procesos de transformación a sus formas activas calcifediol o 25-hidroxicolecalciferol (en el hígado) y calcitriol (en los riñones), esta última forma se sintetiza de manera comercial como medicamento.

Funciones de la vitamina D

La principal función de la vitamina D es ayudar a la absorción del calcio, que es vital para la formación, desarrollo y mantenimiento de los huesos. La mayor necesidad ocurre en la infancia y adolescencia, que es cuando nuestros cuerpos están en constante crecimiento y demanda de nutrientes y minerales.

La vitamina D promueve la absorción de fósforo y calcio en los intestinos, además la reabsorción de calcio en el sistema renal. También interviene en regular los niveles de calcio y fósforo en sangre, por lo que un exceso o deficiencia de esta vitamina puede causar múltiples consecuencias en nuestro cuerpo.

Otras funciones conocidas es la intervención en procesos del sistema inmunológico, efectos antienvejecimiento, propiedades antitumorales, ayudar a mantener el calcio en los huesos por reabsorción, como también los niveles en sangre, ayuda a la secreción de insulina en el páncreas (lo que nivela la glucosa en sangre).

Consecuencias por deficiencia e insuficiencia de vitamina D

A pesar de que deficiencia e insuficiencia suenen a ser sinónimos, en este contexto son conceptos ligeramente diferentes. La deficiencia es cuando los niveles de vitamina D son menores 10 nanogramos por mililitro de sangre, la insuficiencia es cuando el valor de vitamina D está en el rango de 10 a 20 nanogramos por mililitro de sangre y ambos conceptos se consideran hipovitaminosis.

No se conoce a ciencia cierta cómo son los niveles poblaciones de vitamina D, pero se tiene la teoría de que en general hay una deficiencia e insuficiencia de la misma. Se tienen estimaciones de que en los países Australia, Canadá, Estados Unidos y México y en Europa, hay entre un 30% y 50% de deficiencia de vitamina D en niños y personas adultas. La información más conocida proviene de Estados Unidos y según una toma de datos de los años 2005-2006 se conoció que el 41,6% de los adultos presentan una deficiencia de vitamina D, de los cuales, la mayor parte son personas de raza negra e hispanos. También, se tiene conocimiento que en los años 2001 a 2004, hubo un estudio en los niños y se encontró que el 9% presenta deficiencia y el 61% insuficiencia de vitamina D.

Si hay una baja de Vitamina D, ya sea por la dieta o por la falta de exposición ante el sol, el cuerpo puede pasar por una deficiencia de la vitamina y generar consecuencias que pueden llegar a ser graves. Las principales y más conocidas son: hipocalcemia (concentración baja de calcio en la sangre), osteoporosis, osteomalacia (debilitación de los huesos) y raquitismo (en el caso de los niños que se encuentran en desarrollo y crecimiento constante).

También se conoce que la función cognitiva puede disminuir y que pueden producirse otras enfermedades relacionadas a la falta de calcio, como fatiga crónica, artritis reumatoide, enfermedades cardíacas y inmunológicas o hasta mentales.

Otro efecto conocido de la baja de vitamina D es la alteración muscular, y como consecuencia se pueden hacer diagnósticos erróneos de fibromialgia. Lo bueno, es que es fácil lidiar con la deficiencia de vitamina D al consumir suplementos.

Los grupos de personas que tienen mayor probabilidad de padecer de una deficiencia son las personas de tercera edad y aquellas mayores a 50 años de edad, ya que a medida que envejecemos la capacidad de obtener la vitamina D de lo consumimos va disminuyendo. También aquellos individuos con obesidad pueden llegar a tener una baja de vitamina D.

Las causas más comunes de la deficiencia de vitamina D son:

  • Problemas con la absorción de vitamina D de la dieta.

  • No tomar suficiente luz del sol.

  • Problemas gástricos o hepáticos que intervienen en convertir la vitamina D a su forma activa.

  • Medicamentos que afectan la absorción de la vitamina D en el cuerpo.

¿Intoxicación por vitamina D?

La principal consecuencia de tener un exceso de vitamina D es la sobre-absorción de calcio a través de los intestinos, lo que conlleva a que los niveles de este mineral en la sangre se eleven y se produzca hipercalcemia. Esto puede ser ocasionado por el consumo de suplementos vitamínicos, ya que, la vitamina D que se produce al tomar el sol se regula naturalmente por el propio cuerpo.

Algunos de los efectos ocasionados por el exceso de vitamina D son el depósito de calcio en tejidos blandos (tendones y corazón), daño en los riñones y producción de cálculos renales, sufrir episodios de confusión, problemas gastrointestinales, náuseas, vómitos, deshidratación y sed. En caso de que sea en concentraciones muy elevadas se puede producir insuficiencia renal.

¿Dónde hay vitamina D?

La síntesis de vitamina D se puede promover exponiendo el cuerpo al sol, por esto se le conoce por el nombre de “la vitamina del sol”, también se puede obtener a través de algunos alimentos. Al exponernos a la luz solar, también lo hacemos ante los rayos UV (ultravioleta) y estos, a su vez, interactúan con las moléculas de 7-dehidrocolesterol que se convierten en la pre-vitamina D3 y consecuentemente a la vitamina D3. Así que la respuesta sería, la vitamina D está en nuestro cuerpo sólo necesitamos luz solar para activarla.

A diferencia de la vitamina D3 la vitamina D2 no se produce en el cuerpo, de hecho, se han llevado a cabo investigaciones para discernir cuál es más eficiente en el cuerpo humano. En uno de estos estudios, se pudo discernir que la vitamina D3 es mucho más eficiente, hasta tres veces más que la vitamina D2, lo que la hace más potente para tratamientos de deficiencia de vitamina D; además es más económica de conseguir.

Es tan potente la producción de vitamina D3 por la acción de los rayos UV, que pueden ser hasta 20,000 UI (unidades internacionales) que se producen al exponerse con traje de baño. El exceso de vitamina D3 se almacenará en tejido graso de la piel y se irá liberando poco a poco para satisfacer la necesidad para los procesos fisiológicos. Lo mejor, es que no habrá un 

Ahora bien, qué tanto tiempo hay exponernos para producir la cantidad ideal de vitamina D3, dependerá de varios factores: estación del año, hora del día, latitud y la pigmentación de la piel. Usualmente, se aconseja exponer piernas y brazos de 5 a 30 minutos entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, al menos dos veces a la semana. En cambio, las personas con mayor pigmentación en la piel requieren de cinco a diez veces más exposición al sol directo. Entre los factores que pueden interferir con la toma de radiación solar están: mayor latitud, contaminación atmosférica, días nublados, vivir a menor altitud, no exponer suficiente piel, hacer uso de protectores solares y ser de edad avanzada.

Hay que tener en cuenta que aquellas personas que habitan y viven en lugares con poca exposición al sol, deben consumir alimentos que le proporcionen la vitamina D, o bien, suplementos vitamínicos.

Vitamina D en alimentos

La vitamina D en frutas y verduras se encuentra en una cantidad tan baja, que es despreciable, en comparación con la carne, más específicamente, la de pescado. A continuación te detallo una lista con más información sobre los alimentos ricos en vitamina D según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA). Los alimentos más conocidos por poseer vitamina D suelen ser de mar, mayormente pescados azules (aquellos con un contenido de grasa mayor al 5%):

Productos de origen animal

Aceite de hígado de bacalao: Es el productor de origen natural con mayor contenido de vitamina D, con la sorprendente cantidad de 210 microgramos/100 gramos. Claramente, si ya la has probado sabrás que no tiene el mejor sabor o que siquiera se usa en cocina, sin embargo, es común dar a consumir una cucharada a los niños que están en constante crecimiento y requieren la vitamina D para mayor captación de calcio.

Caviar: También conocido como huevas de pescado, este alimento no muy común, tiene 35,1 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos. Lo peculiar de esta comida es que suele ser costosa y difícil de conseguir, pero si tienes la oportunidad de hacerlo tendrás un gran fuente vitamínica. Se consume solo o como acompañante con canapés.

Angulas: Las angulas son las crías de las anguilas, y aportan crudas 110 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos. No suele ser común encontrarla con facilidad ya que son de temporada, las suelen vender ya cocidas. Cocinarlas es sencillo, sólo encuentra una receta que se ajuste a tus gustos.

Cordero lechal: Las crías de los corderos contienen 30 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos. Para comerlo existen una gran variedad de recetas, usualmente suele ser asado o al horno.

Salmón ahumado: Este contiene 19 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos, en cambio, el salmón crudo tiene 8 microgramos. El salmón también es práctico a la hora de cocinar, sólo cocinándose a la plancha es una excelente opción.

Atún en aceite vegetal: Es otro de los pescados azules con una gran cantidad de vitamina D, con 24,7 microgramos/100 gramos. Es bastante fácil de consumir, ya que suele venir precocido. En cambio, el atún crudo tiene sólo 7,2 microgramos/100 gramos de vitamina D, pero este último es más versátil a la hora de cocinar ya que puedes hacerlo a la plancha, asado, guisado y hasta en ceviche.

Mantequilla: La mantequilla baja en caloría tiene 12 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos. Esta es fácil añadirla en la comida, puedes usarla para untar el pan, para cocinar alguna carne y hasta en multitud de postres.

Anchoas: Por cada 100 gramos de este pescado consumes 11,8 microgramos de vitamina D. Es fácil consumir este alimento porque lo puedes añadir a ensaladas, comerlas con tostadas y además son muy populares en las pizzas.

Sardinas: es uno de los peces más comunes de encontrar, este tiene 8 microgramos de vitamina D por cada 100 gramos consumidos. Lo puedes hacer en escabeche, al horno, como lo desees son una opción práctica para una comida saludable.

Hígado: Esta también es una opción accesible y es un clásico cocinarlo encebollado. La cantidad de vitamina D va a variar según el animal, el hígado de cerdo tiene 2,2 microgramos/100 gramos, el pollo 1,3 microgramos/100 gramos y de último el de res, con 1,2 microgramos/100 gramos de hígado.

Huevos: Este producto no tiene casi vitamina D en comparación con los pescados, pero suele ser de más fácil acceso. Tiene 1,77 microgramos/100 gramos. Además, es bastante versátil ya que hay una infinidad de formas de consumirlos e incluirlos en recetas.

Leche: A pesar que se dice que los lácteos tienen aporte de vitamina D, no es muy elevado en comparación con los pescados azules. Por cada 100 gramos de leche entera hay 0,03 microgramos de vitamina D. Es bastante sencilla de consumir, pura, con un postre y en recetas variadas.

Productos fortificados de origen vegetal

Si eres de los que prefiere productos de origen vegetal, hay alimentos ricos en vitamina D que puedes probar. Estos son alimentos fortificados que con sólo leer su etiqueta podrás saber qué cantidad tienen. Además, estos no requieren tanta preparación para consumirlos, entre estos se puede encontrar:

  • Cereales para el desayuno a base de arroz, trigo y fruta (7,5 microgramos/100 gramos).

  • Leche de almendra (5 microgramos/100 gramos).

  • Muesli y cereales para el desayuno a base de trigo y miel o arroz y miel o de maíz azucarado (4,25 microgramos/100 gramos).

  • Cereales para el desayuno a base de trigo azucarado o trigo y chocolate o maíz y miel (4,2 microgramos/100 gramos).

  • Margarina de maíz (3,8 microgramos/100 gramos).

Cómo subir la vitamina D con suplementos

Los suplementos de la vitamina D se basan en la forma de la vitamina D3 (colecalciferol) y se utilizan para subir y nivelar los niveles de la vitamina en el cuerpo. La puede encontrar en la presentación de cápsulas, cápsulas de gel y tabletas, también como gel masticable y gotas líquidas orales las puedes hallar.

Es común que a veces los médicos receten la toma de vitamina D, más aún si eres de una edad avanzada o si sufres de alguna condición que afecte el sistema óseo. Aún así, conseguir vitamina D es posible con récipe y sin el. Es recomendable hablar con un médico si sientes que careces de suficiente vitamina D según tu dieta. Para confirmar si necesitas una receta de vitamina D tu médico tratante te dirá que debes hacerte un examen de sangre.

Los niveles usuales para la vitamina D en el cuerpo es de 30 a 50 nanogramos por mililitro. Es importante que entiendas que los resultados pueden variar según el laboratorio, porque a veces se presenta la prueba con unidades diferentes.

Es usual que recomienden la toma de vitamina D a los bebés que sólo son amamantados, los bebés y niños que consumen una dieta baja en vitamina D, las personas mayores, individuos con osteoporosis o alguna afección ósea, aquellos que tienen una exposición limitada al sol, personas que tengan dificultad en absorber grasas de su dieta (ya que la vitamina D es liposoluble) por enfermedades como enfermedad inflamatoria intestinal, colitis y fibrosis quística.

También aquellos individuos con restricciones dietéticas (como alergia a los lácteos, intolerancia a la lactosa y dietas veganas), personas con hiperparatiroidismo (exceso de una hormona que ayuda a controlar los niveles de calcio en el cuerpo), personas con un IMC (índice de masa corporal) mayor a 30, personas que tengan algún padecimiento hepático o renal (como también que tengan un implante de riñón) y personas que toman glucocorticoides, medicamentos antimicóticos y antirretrovirales, entre otras, requieren de un consumo de vitamina D.

Efectos secundarios de los suplementos de vitamina D

Existen interacciones de la vitamina D con otros elementos y medicamentos que tienes que poner atención al momento que te receten suplementos vitamínicos.

  • Aglutinantes de fosfato que contengan aluminio: estos son recomendados a las personas con insuficiencia renal. Cuando interactúan con la vitamina D por un largo tiempo se pueden producir niveles tóxicos de aluminio en el cuerpo.

  • Algunos anticonvulsivos (Phenytek y Dilantin) producen que la vitamina D se descomponga y por ende afecta la absorción de calcio en el cuerpo.

  • Si tomas Atorvastatina (medicamento para disminuir la concentración de colesterol malo en sangre) y un suplemento de vitamina D a la vez, este último puede afectar la manera en que actúa el medicamento.

  • Si padeces de psoriasis y te recetan Calcipotriol no consumas un suplemento de vitamina D, ya que ocasionará un exceso de los niveles de calcio en sangre y puede producir hipercalcemia.

  • Cuando la vitamina D interactúa con el Prevalite (medicamento para reducir los niveles de colesterol en sangre) se disminuye la absorción de la vitamina D.

  • En caso de que consumas algún medicamento para el corazón como la Digoxina, no excedas la toma de vitamina D, ya que, esto puede ocasionar mayor nivel de calcio en sangre y puede ocasionar efectos negativos en el corazón.

  • También con las medicinas para la tensión alta se tienen efectos secundarios, como con el Diltiazem, que en conjunto con un exceso de calcio en sangre pierde su efecto. En caso de que el medicamento sean diuréticos tiazídicos, se puede ocasionar una retención de calcio en el cuerpo y consecuentemente una hipercalcemia.

  • El uso prolongado de laxantes estimulantes en dosis altas puede llegar a reducir la disponibilidad de vitamina D y consecuentemente de calcio en sangre.

Estas son sólo algunas de las interacciones más conocidas, por eso es importante que compartas con tu médico tratante toda la información.

¿Cuál es la dosis adecuada de vitamina D?

La cantidad de vitamina D que se debe ingerir dependerá de la edad, ya que, los requerimientos varían según las exigencias del cuerpo. Un cuerpo de mayor tamaño necesitará más vitamina D. Otros factores que intervienen son el estado de salud, si se padece de alguna enfermedad y si la dieta tiene alimentos ricos en vitamina D. Las unidades de la vitamina D se expresan en unidades internacionales (UI) y 1 UI equivale a 0,025 microgramos de vitamina D; se hace uso de las UI por ser un convenio expresar las dosis biológicas de vitaminas en esta unidad.

Igual se considera que existen niveles necesarios para diferentes estadios de edad:

Lactantes recién nacidos a 6 meses de edad: Se sabe que al estar en el útero, el feto es completamente dependiente del cuerpo de la persona embarazada para la administración de vitamina D. Al nacer, los niveles de vitamina D se pueden mantener estables por hasta 8 semanas debido a la vida media de la molécula de vitamina D. Después de este tiempo, debe ser administrada por la leche, sin embargo, la leche humana tiene alrededor de 22 UI por litro, lo cual es una cantidad bastante baja para un ser humano recién nacido; esto se complica si el bebé no recibe suficiente exposición a la radiación solar y aún más si la madre tiene una insuficiencia/deficiencia de vitamina D . Esta situación puede llevar a que el bebé se desarrolle con una insuficiencia de vitamina D.

Por este motivo se suele recomendar a las personas lactantes el consumo de un suplemento de vitamina D, y que al menos sea de 1000 a 2000 UI por día. Así, si el bebé termina recibiendo un mínimo de 100 UI al día, se puede evitar el padecimiento de raquitismo. También se debe prestar atención a aquellos bebés que consumen fórmula pediátrica y equilibrar los niveles de vitamina D que se les administra.

Sin embargo, según el Instituto de Medicina de Estados Unidos, la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Pediátrica Canadiense, para que la salud ósea de los bebés lactantes esté al máximo, se recomienda una dosis mínima de 400 UI al día (10 microgramos).

Lactantes de 6 a 12 meses de edad: Al igual que el grupo anterior, se recomienda la dosis de 400 UI al día y un máximo de 1000 UI al día (25 microgramos) hasta los 6 meses y de 1500 UI (38 microgramos) de los 7 a 12 meses. Recordar que la pobre exposición al sol y tener la piel oscura, son factores que interfieren en la síntesis natural de la vitamina D3.

Niños de 1 a 8 años de edad: En este rango de edad es más habitual que los niños ya se expongan más al sol y reciban la radiación necesaria para la producción de vitamina D3. Pero siempre puede ocurrir el caso que no haya suficiente exposición al sol y que la alimentación no provea lo necesario, en este caso, se recomienda un mínimo de 600 UI al día (15 microgramos), y dosis máximas de 2500 al día (63 microgramos) de 1 a 3 años y 3000 UI al día (75 microgramos) de 4 a 8 años de edad.

Niños de 9 años a adolescentes de 18 años de edad: Este rango de edad es uno de los más vitales en que se deben mantener los niveles de vitamina D, ya que se produce un desarrollo de todo el cuerpo, lo que lleva a mayor exigencia de calcio y fósforo para nutrir la estructura ósea en constante crecimiento. Por este motivo, el cuerpo mejora su capacidad de captar calcio y fósforo en los intestinos, además se vuelve más eficiente en la toma de una forma de vitamina D3 que es la responsable de múltiples procesos fisiológicos. Esto lleva a que se siga manteniendo la cantidad mínima de 600 UI al día y un máximo de 4000 UI al día (100 microgramos).

Persona adultas: Para la edad de 19 a 70 años, la cantidad de 600 UI al día sigue siendo adecuada, en cambio para las personas mayores a los 70 años de edad, un mínimo de 800 UI al día (20 microgramos) y un máximo de 4000 UI al día es suficiente, ya que así se puede disminuir el riesgo a tener una fractura accidental.

Personas embarazadas: Con un mínimo de 600 UI se pueden mantener los niveles estables de vitamina D, y así reducir en un 42% la probabilidad de padecer influenza A. El máximo también se considera que deben ser 400 UI.

Enfermedades y vitamina D

Diabetes

Durante varios años se han realizado investigaciones para poder entender si existe alguna relación entre la diabetes y la vitamina D. Entre algunos de estos estudios se ubica uno de los años 80 llevado a cabo en conejos a los que se les indujo una deficiencia de vitamina D, esta disminución luego se asoció a la disminución de la secreción de insulina en el páncreas. Poco a poco, se han descubierto otras evidencias, como que en tejido pancreático hay moléculas que reconocen la disponibilidad de vitamina D y que consecuentemente se relaciona con la liberación de la insulina al torrente sanguíneo.

Diabetes tipo I: Con el tiempo se ha ido reconociendo que estar en un estado de insuficiencia de vitamina D es un factor de riesgo para padecer de diabetes tipo I. En un estudio se descubrió que en niños y adolescentes con diabetes tipo I, los niveles de vitamina D son menores al momento de diagnosticarlos con el padecimiento, que en las pruebas realizadas con antes del diagnóstico.

Hasta se ha propuesto que existe una relación entre la incidencia de diabetes tipo I, la latitud y la insuficiencia de vitamina D. Más específicamente, que a latitudes mayores al haber menor exposición a la radiación solar, se produce una disminución en la producción de vitamina D en la piel, lo que finalmente lleva a que exista una menor secreción de insulina por parte del páncreas. Esto se consideró debido a que existen estudios que prueban que a mayor latitud la presencia de personas que padecen diabetes tipo I es más común.

Además, en investigaciones con ratones propensos a padecer diabetes tipo I, a los que se les administró 1,25-dihidroxivitamina D3, se produjo una inhibición del desarrollo de la diabetes tipo I. Asimismo, también se han llevado a cabo investigaciones con seres humanos, y se ha mostrado que administrar vitamina D en edades tempranas reduce la probabilidad de padecer de diabetes tipo I; hay diversos estudios que comprueban esto y aunque la mayoría se ha basado más en observaciones y seguimiento de los pacientes que en ensayos clínicos, se ha obtenido en infantes lactantes menores de 1 año, a los que se les administró vitamina D, una reducción del 33% del riesgo de diabetes.

Diabetes tipo II: Al igual que con la diabetes tipo I, la tipo II se relaciona a los niveles de vitamina D en el cuerpo. Al nivelar la cantidad de vitamina D se disminuye la resistencia del páncreas a interactuar con la insulina, y consecuentemente se produce la liberación de insulina.

Cáncer

Desde hace años se ha estudiado esta relación, principalmente por un estudio de los años 80, cuando al exponer células con leucemia a la 1,25-dihidroxivitamina D3, éstas redujeron su reproducción y se diferenciaron a otro tipo de células no cancerosas. De esta misma manera, se descubrió lo mismo con células de cánceres de piel, de colon y de próstata. Más aún, en un estudio en que se expusieron células tumorales a elevadas concentraciones de vitamina D se inhibió la proliferación celular por completo.

Aún no se hace uso de la 1,25-dihidroxivitamina D3 debido a que las concentraciones necesarias para que tenga efecto antitumoral provocan hipercalcemia.

En zonas de altas latitudes las personas tienen una mayor probabilidad de padecer de diferentes tipos de cánceres (colon, próstata, mama, ovario, pulmón y esófago), y esto se ha relacionado con las altas latitudes, ya que la producción de vitamina D endógena en estas zonas suele ser menor debido a la reducida exposición a la radiación solar. Por esto se recomienda mantener los niveles de vitamina D óptimos, en adultos 2000 UI al día y en niños 1000 UI al día.

Sistema inmune

Se conoce que la vitamina D se relaciona y tiene un efecto en el sistema inmune, específicamente, ayuda a controlar las infecciones, las enfermedades autoinmunes y la manera en que el cuerpo reacciona a un trasplante de órganos. Hasta se ha descubierto que los macrófagos (células del sistema inmune) pueden producir una forma de vitamina D3 al relacionarse con otra molécula.

Más impresionante aún, es que la vitamina D posee el potencial para ayudar a que se produzcan moléculas conocidas como catelicidinas, las cuales, poseen actividad antimicrobiana. Esto ocurre en los bronquios (que se encuentran en los pulmones), en los queratinocitos (células de la epidermis), en células gastrointestinales y del aparato genitourinario. De esta manera, se puede proteger el cuerpo contra bacterias, hongos y viruses.

También se conoce que existe una relación entre la vitamina D y diversas enfermedades autoinmunes, y a su vez, éstas se relacionan con mayores latitudes, que como se dijo anteriormente, afectan la producción de vitamina D. Algunas de estas enfermedades son:

Esclerosis múltiple: Aún no hay tantos estudios sobre cómo se relaciona la vitamina D con este padecimiento, pero se han encontrado diversos efectos positivos, uno de éstos es que tratar con una forma de vitamina D3 reduce la encefalomielitis autoinmune (que es una inflamación del cerebro). También en un estudio en el que se administró a pacientes de esta enfermedad dosis fijas y diarias de vitamina D y calcio, se produjo en sus cuerpos una molécula antiinflamatoria potente y clave en la esclerosis múltiple.

Artritis reumatoide: En varios modelos probados en laboratorio la vitamina D ha podido disminuir la severidad e incidencia de esta enfermedad. También en un estudio llevado a cabo con mujeres del rango de edad 55 a 69 años y que tuvo una duración de 11 años, se halló una relación entre las dosis normales de vitamina D con la presencia y severidad de la artritis reumatoide. Aún así, se requieren más estudios para aclarar esta relación.

Impotencia

En un estudio en el que se evaluaron diversos padecimientos, cómo éstos pueden llegar a verse afectados con la deficiencia de vitamina D y a su vez generar impotencia, se establecieron relaciones para entender y dilucidar el rol de la vitamina D. Algunos de estos padecimientos son:

Calcificación arterial: El calcio al depositarse en las paredes de las arterias las vuelve rígidas, y estas no pueden dilatarse para facilitar el flujo de sangre. Esto conlleva a problemas cardíacos y de circulación. Por este motivo, se considera a la calcificación arterial como un riesgo para padecer disfunción eréctil; en un estudio se encontró que al menos el 40% de los hombres con disfunción eréctil son más propensos a tener calcificación arterial. La vitamina D puede evitar el exceso de calcio en el cuerpo al encontrarse en sus niveles óptimos.

Diabetes mellitus: La principal forma en que se considera que esto genera impotencia, es debido a que los altos niveles de glucosa en la sangre afectan la liberación del gas óxido nítrico (NO), el cual, interviene en promover la vasodilatación y hasta puede provocar aterosclerosis. De hecho, los hombres con diabetes, tienen de tres a cuatro veces más riesgo de padecer disfunción eréctil.

Hipertensión: Padecer de hipertensión es un gran factor para tener disfunción eréctil (68% de hombres con hipertensión tienen disfunción eréctil). De manera inversa, en un estudio, aquellos hombres con deficiencia de vitamina D tuvieron 6,13 más oportunidad de desarrollar hipertensión. La vitamina cumple un papel en esto, al poder regular un proceso químico que regula la presión arterial.

Algo que tuvieron en común la revisión de todos estos casos, es la conclusión que se debe optimizar los niveles de vitamina D, mayormente sugiriendo tener más exposición a la radiación solar y consumir alimentos ricos en vitamina D.

Importancia de la vitamina D

Como habrás notado, esta vitamina cumple un papel importante en múltiples procesos del cuerpo humano. Por lo tanto, hay que tomar más en cuenta qué alimentos ricos en vitamina D se incluyen en nuestra dieta, y también, qué tanto nos exponemos ante el sol, para poder así conseguir que naturalmente se produzca en la piel. Al ser más cuidadosos podemos evitar una deficiencia de vitamina D

Si dudas que tengas los niveles adecuados de vitamina D, acude a tu médico y comentale que sientes inseguridad sobre tu estado de salud. Al realizarte un examen sabrás las respuestas. Eso sí, jamás comiences a tomar suplementos vitamínicos sin receta.



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